Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://rafaelqywh154840.blogsvila.com/38845485/la-historia-detrás-del-gesto-de-zidane-en-2006